Dulces sueños Parte V

El gran y único amigo del caballero andante lleva meses desaparecido. el caballero, que no tiene otra opción más que seguir, no rendirse, mantener la frente en alto, intentar olvidar a los acompañantes que ha dejado perdidos durante su viaje al que decidió dejar de ver y al que extraña como si hubiese perdido su propia sombra.
El caballero, lleva ya mucho tiempo viajando solo, con un diario como única compañía, un diario que no le responde.
El único ausente es su amigo, las aventuras, los dragones, la gente siguen ahí, nada parece haber cambiado, mas para el caballero, que ahora debe hablar sólo consigo mismo, todo es distinto, ya no puede confiar en nadie.
La gente que lo conoce le quiere, y él duerme en camas ajenas. Pero no se siente bienvenido, se siente extraño, extranjero ya no pertenece a ningún lugar.
Teme que se vayan, teme perderlos, teme que su fama los afecte, teme que el mismo abismo que le a seguido los pasos también acabe con ellos.
En el pueblo que se queda en esta época, vive una joven famosa, famosa por sus actos, porque ella misma ha matado dragones, porque los hombres le temen. Se dice que practica la magia, que es capaz de poner anzuelos frente a la gente sin que lo noten, que tiene un canto de sirena único.
Pero es la única que hoy le a ofrecido refugio al caballero. Afuera llueve, y ella también está sola.
La bruja, cómo se le llama a sus espaldas, está igual que el caballero, sola, pero es distinto. Ella sabe que necesita algo, ella sabe qué necesita. Ella lo busca, pero no lo encuentra.
No sabe que su huésped necesita calor y ella tiene fuego, no sabe que su huésped necesita calor y ninguno de los dos se ha dado cuenta.
El caballero, que teme por la reputación de la bruja, ya no confía en las apariencias.
Tiene mucho sueño, demasiado sueño. Pero no confía en la cama sobre la que duerme. Quiere quedarse ahí, no tiene fuerzas.
Quiere llamar a la bruja y quedarse a su lado, pero no tiene fuerzas.
El caballero sigue ahí, yaciendo, solo. Aún no llama a la bruja, con la que cree querer estar, la que está a sólo metros de distancia, buscando a quien la busque.
El caballero sólo espera, lo que sea que pase que lo mueva. No sabe que quiere, pero sabe que no quiere seguir ahí, por lo menos ahí solo.
Cualquier cosa que lo pueda mover, lo va a mover, ya sea que la bruja regrese, o que decida salir, seguir andando, buscar una patria, buscar un abrigo.

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