vidanocturna

No me gusta el olor a cigarro en mi ropa. No me gusta pensar que ya no estoy tan joven. Me gusta sentir que me divierto, y sentir que estoy creciendo.
No me molesta dormirme afuera, pero es raro sentir otra cobija.
Me gusta bailar feo, pero sólo en ciertos círculos. Todo se baila igual (por si acaso) no hace falta saber más de un paso. El licor no hace falta, solo las ganas.
Me gustan las luces de colores, pero no me gusta cuando invaden mi espacio.
Es bueno saberse seguro, pero los medios me dan escalofríos, lo que se puede tocar y lo que no.
Me gusta ver cuando amanece y sentir el frío de la madrugada. Me gusta y no me gusta extrañar a la gente, a los amigos que faltan.
Balanceándolo no me molesta, me gustan los fines de semana.

Para viajar en bus...

Todos los días, el autobús va a pasr por ahí, y va a parar en un lugar específico; a usted le corresponde la tarea de estar a tiempo en ese lugar, es decir, llegar antes de que el bus pase por ahí, esperarlo unos minutos y, cuando alcance a verlo, extienda su brazo al frente, como atravezándolo en el camin; puede mover suavemente los dedos, como indicando que este es el lugar donde debe detenerse; una vez que el autobus se detiene, se puede continuar.
Las puertas del autobús se abren y, dependiendo del ánimo del conductor, él podría invitarlo a subir pero, si no lo hace, solo suba.
Generalmente son dos o tres peldaños, súbalos rápido, procure no detenerse entre las barras electrónicas (si lo hace, puede que el chofer se enoje (mucho)); páguele al chofer la tarifa: a los choferes les gusta que les den el monto completo, pero detestan dos cosas: las monedas pequeñas y los billetes grandes; espere el vuelto, de ser necesario.
Ya que pagó la tarifa, puede ir a sentarse, si hay espacios libres, sólo siéntese, si hay alguien en su camino (y usted quiere el asiento junto a la ventana), pida el espacio respetuosamente, si todo sale bien, la otra persona se levanta y usted puede sentarse; si del todo no hay espacio, tiene que quedarse de pie.
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Consejos por si se queda de pie
Sujétese fuerte, no quiere que un movimiento brusco lo haga terminar en el piso; córrase lo más atrás posible, a veces los buses se llenan mucho; si hay frente a usted un espacio para poner la maleta, úselo.
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Mantenga la vista en el camino, evite que se le pase la parada. Cuando esté a poco menos de un minuto de llegar(se supone que debe ser 75 mts. antes de su parada), toque el timbre, jale el cable o silbe, hágale saber al chofer qué ahí se baja usted.
El chofer detendrá el autobús y abrirá las puertas. baje del bus, si hay mucha gente, pida campo, respetuosamente, y si se baja por la puerta de adelante, recuerde decirle "Gracias" al chofer...

En la (nueva) casa

Casa nueva, vida nueva... eso espero, y es que, aunque haya dejado todo lo que pasó atrás, no sé si lograré superarlo... espero que sí, por ahora, creo que mejor me aseguro de que aquí sí todo esté seguro.
La puerta se ve segura, creo que esta vez no saldrá por los aires..., las ventanas, parece que el viento no las va a romper de nuevo, eso es bueno; el techo, supong que no me abandonará volando... en fin la casa parece segura, eso me gusta, no quisiera que se repitiera...
¿Y por dentro? caben muchas cosas en la cocina, comida, provisiones, sería bueno guardar algo, digo, por si acaso; los cuartos se ven acogedores, me encantaría traer a alguien a vivir aquí, conmigo, pero, ¿y si pasa de nuevo?... no, no lo soportaría uan vez más.
¡No lo creo!¿Por qué no lo había notado? Las paredes... son del mismo color... tengo que pintarlas, no sería capaz de ver ese color de nuevo, en cada centímetro puedo verlos, ellos siguen ahí... pero se fueron... no me explico como el viento puede...
¡Cielos! Tiene sótano, eso es perfecto, no es que no confíe, es solo que, si llegara a suceder de nuevo, si la naturaleza otra vez... no me gustaría quedar como ellos.

Los niños perdidos

Supongo (espero) que alguien ya haya dicho algo sobre ellos antes que yo, llevo bastante tiempo pasando por donde ellos dejaron su firma, también desde hace bastante quiero hacer esto.
Ellos firman como LUITICO, MISHA, YO, KAZÚ, TNT y JOSS, y todos también firman como NP, enepe, Niños Perdidos.
No sé quienes son, ni de donde salieron, pero me parece genial lo que hacen.
Me disculpo con ellos si querían permanecer underground.
Tampoco sé porqué lo hacen, si tiene algún sentido, sólo lo hacen y comparto estas fotos para que la gente los vea.


Yo no hice los grafitis, pero sí tomé las fotos, pueden ver más fotos en flikr.com/alo-quesada
 

¿Será eso?

Los escombros que quedan de la adolescencia los que me están haciendo esto. Tal vez sea lo predecible de la gente, o la paranoia lingüística tan común de nuestros días.
Y es que no tiene nada de malo, se lo dije a ella un día de estos, y yo creo que ella me entiende pero... Yo creo que es una suma de todo, ¿sabés lo que digo? Podés decir que lo de la paranoia está jalado del pelo, pero si te ponés a pensar, es cierto, a la gente le da miedo decir las varas y es peor cuando sí quieren decir las varas, pero más bien hacen un enredo. También está el otro lado, esas palabras que tienen tantos significados y sentidos, que uno no entiende que quiere decir la gente cuando las dice, por eso nadie las dice; y llega alguien sin miedo a decirlas y hace un enredo.
Y lo de los escombros suena cursi, yo sé, pero antier lo escribí y me sonó chiva, vos sabés que esto de ya-no-soy-adolescente se las trae, no es tan malo, seguimos iguales.
Y sí, la gente es predecible, y si algo ha pasado, y sigue pasando por mucho tiempo, va pasar después, ¿me explico?
La verdad no sé de que se trata, y uno me dice una cosa, y la otra me dice todo  lo contrario ¿entonces?
¿Qué demonios hay que hacer con esa sopa?¿Se la damos antes de que se enfríe? o ¿La cocinamos a fuego lento? y si no hay sopa, ahí si que nos jodimos, y si todo era una ilusión de la lúdica paranoia...
Entonces sólo podemos hacerle caso a Fito y darle tiempo al tiempo ¿Será eso?

Secretiando

En el momento que oyó el secreto que le contaron, fue picado por un bichito, que volaba muy cerca de ahí. Lo que él no sabía, es que el bichito, venía con el secreto.
En ese momento no pasó nada, es decir, el secreto se siguió contando. el piquete no se veía, y el bichito se metió en el maletín.
La mañana del día siguiente el veneno ya estaba en todo su cuerpo, al principio no lo notaba, pero el cosquilleo se volvía más evidente conforme avanzaba la tarde.
Conforme se oscurecía el cielo de esa tarde, que de hecho dejaba de ser tarde, se le aclaraba la mente. No porque el veneno al fin se estuviera disipando, sino todo lo contrario, por que ya estaba casi del todo absorbido y comprendido.
En los últimos minutos, como sacando el portero a cabecear -por usar jerga mundialista, salió desde adentro el resultado de poco más de 24 horas de incubación, salió de sus labios otro secreto, igual de grande, igual de secreto, como pagando por lo de ayer.
Después de eso, se subió al bus, y vio que un bicho salía de su maletín, claramente no vio que había dejado sus diminutas cría en un rincón del oscuro fondo poblado de cuadernos.
Otras 24 horas después, 48 después de haber escuchado el un secreto y haber sido picado, salió de nuevo, el mismo secreto de ayer, pero con más fuerza, más alimentado, más meditado, más interiorizado; y en otra dirección.
Entonces otro bicho picó al amigo que escuchaba. Esta vez el veneno sólo duró dos minutos en actuar, y el amigo respondió con un secreto propio. Y tal vez cerró la cadena.
Pero habían más crías, y los secretos siguen siendo secretos hasta que todos (al menos los implicados) los sepan. Y todos tenemos bichitos en el maletín, y cuando nos cuentan un secreto, nos sentimos obligados a contar un secreto nosotros...

Agüizote

El portero, de rodillas sobre la línea que defiende, le reza a los Dioses del Fútbol antes de comenzar el partido. En otro lugar, a muchos kilómetros, Julián le pide al cielo que le dé fuerzas para decirle lo que piensa a Sara, quien acostumbra llevar su moneda de la suerte en la cartera todos los días.
Ese día, Carlos se levantó con el pie izquierdo, y apenas se dio cuenta, salió corriendo a echarse agua en la cara, "No hay mal que le agua no cure", se decía...

Ese día: hubieron muchos goles en esa cancha, Julián no pudo hablarle a Sara. Ella, que sí quería estar con Julián, tiró la moneda en la fuente, no pidiendo un deseo, sólo desechando la moneda. Y Carlos, él dejó la billetera en la casa, pero se enconjtró un billete de 5000, nunca supo si tuvo suerte o si no la tuvo...

Ese mismo día, yo evité pasar por debajo de una escalera, y cuando me di cuenta me hizo gracia...