Agüizote

El portero, de rodillas sobre la línea que defiende, le reza a los Dioses del Fútbol antes de comenzar el partido. En otro lugar, a muchos kilómetros, Julián le pide al cielo que le dé fuerzas para decirle lo que piensa a Sara, quien acostumbra llevar su moneda de la suerte en la cartera todos los días.
Ese día, Carlos se levantó con el pie izquierdo, y apenas se dio cuenta, salió corriendo a echarse agua en la cara, "No hay mal que le agua no cure", se decía...

Ese día: hubieron muchos goles en esa cancha, Julián no pudo hablarle a Sara. Ella, que sí quería estar con Julián, tiró la moneda en la fuente, no pidiendo un deseo, sólo desechando la moneda. Y Carlos, él dejó la billetera en la casa, pero se enconjtró un billete de 5000, nunca supo si tuvo suerte o si no la tuvo...

Ese mismo día, yo evité pasar por debajo de una escalera, y cuando me di cuenta me hizo gracia...

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